Poco a poco se iba acercando el final de mi viaje, pero yo todavía no lo sabía. Tenía que avanzar dirección oeste, ya que mi novia tenía billetes para reencontrarnos en Grecia, y todavía me quedaba mucho por ver.
Lo próximo que quería tachar del Mapa era Göbekli Tepe y el Balıklıgöl, Así que tras pasar el día en el Monte Nemrut me dirigí hacia allí. Llegué al anochecer y dada mi experiencia en las noches anteriores, decidí buscar un sitio seguro en el que dormir tranquilo, una Gasolinera.
Al día siguiente amaneció soleado y con temperatura muy agradable, se podría decir que aunque apenas era mediados de Marzo mi verano empezó ese día, me puse las bermudas y desde entonces no me las he quitado. En el momento fue muy raro pasar de temperaturas bajo cero, a temperaturas por encima de 20ºC en dos días. No he tenido primavera, literalmente.
Llegué al poblado de Göbekli Tepe, uno de los primeros asentamientos de la historia, la entrada me pareció un poco cara, para ser Turquía, pero lo cierto es que está todo en unas condiciones inmejorables y merece mucho la pena verlo. Sobretodo me impactó el buen estado de los tallados de animales que había en los pilares.
Después visité el Balıklıgöl, en Sanliurfa, un lago artificial muy concurrido por los locales cómo lugar de encuentro y de ocio. El lago está completamente lleno de enormes carpas a causa de la cantidad de gente que hay dándoles de comer. Sin duda es uno de los sitios donde me sentí mas observado ya que debía ser el único viajero de la ciudad, además cada poco venían a pedirme fotos. Un chico joven vino hacia mí intentando darme conversación en turco y tras varios intentos fallidos, el chico simplemente se pegó a mi lado durante toda mi estancia en Balıklıgöl, no mediaba palabra simplemente estaba a mi lado haciéndome gestos de vez en cuando para tratar de comunicarse conmigo. Al principio me hizo gracia, pero al cabo de media hora era raro… muy raro, así que decidí que era momento de ir al siguiente destino.
La siguiente parada era Halfeti, un pequeño pueblo a las orillas del éufrates, medio hundido a causa de la construcción de una presa y la consecuente crecida del nivel del agua. Allí tuve una gran muestra de hospitalidad por parte de los locales y tanta hospitalidad a veces abruma, me invitaron a: Kunefe, Pide, Lamahcun y obviamente té. Si hasta me trajeron la cena a la furgo… mis ojos no daban crédito.
Halfeti a parte de ser conocido cómo lugar de veraneo para los turcos, también es conocido por tener una mezquita bajo el agua de la cual solo sale un minarete en medio de un pueblo abandonado a causa del aumento del nivel del río. Para llegar hasta allí es necesario coger un barco que navega Éufrates arriba. El camino es espectacular porque, por esa zona el río atraviesa por unos imponentes cañones dignos de película.
Finalmente, había llegado el momento, el momento de visitar Gaziantep, la ciudad originaria del Baklava. Quien me haya seguído sabrá que soy bastante fanático del Baklava desde que lo conocí en Estambul hace unos 8 meses. Desde entonces, cada vez que visitaba una población medianamente grande, compraba este delicioso postre turco para especializarme en la materia, además anhelaba visitar su ciudad originaria, pero lo cierto es que esta historia será para el próximo capítulo.
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