12 de Mayo, empieza el convoy:
Despertamos todos enérgicos y con ganas de volver a casa. Desayunamos acompañados del nerviosismo que traen este tipo de situaciones, volver en un convoy a casa tiene mucho de épico, pero insólito en la Europa occidental que vivimos. toda esta situación tan desconocida para nosotros, no hacia mas que plantearnos dudas: ¿Como será ir en convoy?¿a qué velocidad iremos? ¿cómo será atravesar fronteras? ¿nos harán algún tipo de prueba? ¿Y si nos quedamos atascados en un país?
El plan era claro, cruzar la frontera a las 9,30 de la mañana, y una vez en Bulgaria, sobre las 11,30 calculábamos, conducir hasta las afueras de Sofia dónde, a las 16,00, nos encontraríamos con las embajadas organizadoras del convoy y posteriormente conduciríamos hasta la frontera con Serbia para pernoctar ahí.
Antes de salir nos hicimos una foto de grupo para dejar constancia de nuestra hazaña y después nos dirigimos hacia la frontera que estaba a escasos 500 mts de donde habíamos pernoctado.
La frontera estaba desértica y cerrada a cal y canto, nunca antes había visto una frontera tan vacía. Con decenas de policías expectantes, aparcamos los coches en fila, nos reunimos y decidimos que los turcos del grupo se pusieran al mando de la situación. Estos se dirigieron a los policías que había tras la vaya fronteriza para explicarles nuestra situación. Tras un intercambio de palabras nos pidieron los documentos necesarios para cruzar fronteras, Pasaporte, Permiso de circulación y sobre todo el permiso de transito de Bulgaria (Aquel que habíamos recibido el día anterior). Reunimos todos los papeles, se los dimos y fue entonces comenzó la espera, una espera larga y duradera cuya culpable era únicamente la burocracia. La cuestión es la de siempre, si no se aseguran antes de que nos van a dejar entrar en Bulgaria, no nos van a dejar salir de Turquía. Mientras esperábamos aprovechábamos para conocer más los unos de los otros hasta que tres horas mas tarde llegó la respuesta de la parte búlgara: Ok, ya podéis cruzar.
Encendimos los motores y nos fueron sellando la salida en nuestro pasaporte uno por uno, después, nos registraron los vehículos y finalmente ya estábamos fuera de Turquía. Ahora faltaba entrar en la UE de nuevo, primero pasamos por un carril en el que había 4 finos chorros de agua con lejía que en teoría servían para desinfectar los bajos del coche, lo sé porque nos cobraron 3€ como “tasa de desinfección”, el siguiente paso era el control de pasaporte y revisión del vehículo, que fue bastante rápido y una vez en Bulgaria, nos hicieron esperar a que estuviésemos todos reunidos para que el medico de la frontera, nos midiese la temperatura y eso nos llevó otra hora aproximadamente. Lo último que había que hacer antes de atravesar Bulgaria era comprar la Viñeta para usar sus autopistas.
Tras pasar por caja ya estábamos en Bulgaria, atravesar la primera frontera nos había llevado cerca de 5 horas, si a eso le sumas que estábamos a mas de 30ºC estábamos reventados y no llevábamos conducidos ni 2 kms. Cómo tardamos tanto en atravesar la frontera, el plan de encontrarnos con las embajadas a las afueras de Sofia se canceló así que fue un día de pura conducción, tranquila y con carreteras completamente vacías excepto por las inmediaciones de Sofia.
La jornada terminó en la frontera con Serbia, habiendo recorrido solo 360km y demorándonos en total cerca de 9horas entre el cruce de fronteras y conducir. Conducir en convoy es cómodo porque sigues al de delante y no tienes que mirar el gps, pero cuando no llevas “tempomat” es muy cansado.
Al día siguiente iba a ser el día mas duro, ya que solo podríamos permanecer 8 horas en Serbia y tendríamos que entrar y salir del país en el mismo día, lo que significaba dos fronteras de un país que no está en la UE en un mismo día.
13 de Mayo:
A las 7:30 oí un golpe en la furgoneta, abrí la puerta corriendo y vi a Mirko que mientras se iba a despertar al resto del equipo me decía: “venga corre vístete que han venido los embajadores de España y Alemania y quieren hablar con nosotros”
Rápidamente me vestí, salí de la furgoneta y ahí estaban los diplomáticos esperando para darnos su “Speech” y compartir nuestra impresiones con ellos. Estuvimos cerca de media hora reunidos y se ofrecieron en acompañarnos hasta la frontera Bulgaro-Serbia para lidiar ellos mismos con la policía fronteriza.
El plan era el siguiente: El permiso que teníamos para atravesar Serbia era solo de 8 horas y teníamos totalmente prohibida la pernocta en Serbia, por lo que teníamos que cruzar la frontera de Bulgaria a Serbia, conducir cerca de 500km y atravesar una segunda frontera para entrar en Croacia, todo en 8 horas, puede parecer tiempo de sobra, pero creedme que en un convoy que va a 80km/h no es tanto tiempo.
Después de hacernos la foto de rigor con los diplomáticos nos dirigimos a la frontera con ellos. Los españoles fueron recolectando toda la documentación mientras los alemanes mantenían una conversación con la guardia fronteriza. Como siempre las cosas de palacio van despacio y aunque las autoridades búlgaras ya tenían todas nuestra documentación, incluido el permiso de transido de Serbia, en estos tiempos de pandemia esperar es lo normal, así que pensando que estaba todo encarrilado para dejarnos entrar en Serbia, los diplomáticos alemanes se fueron y nos dejaron en manos de los españoles.
Tras más de una hora esperando a que nos abriesen la frontera, un policía búlgaro se acercó a un diplomático mientras negaba con la cabeza, fue entonces cuando el pánico empezó a cundir, todos teníamos el mismo sentimiento, si nos quedamos en otro país atrapados que por lo menos no sea ni Serbia ni Bulgaria y en el momento parecía que nos habíamos quedado atrapados en Bulgaria.
La cuestión era que, justo ese mismo día entraba en vigor una nueva ley que decía que no se podía entrar en Serbia si haberse hecho antes en test del Covid-19. Ante esa noticia uno de los diplomáticos españoles, estuvo un buen rato intercambiando llamadas hasta que 40 o 50 minutos después de la primera negativa nos abrieron las puertas y pudínos cambiar de país. Esta frontera fue muy rápida, nada que ver con la el día anterior, si que es verdad que hubo que esperar cerca de dos horas a que nos la abriesen, pero una vez abierta ni a la salida de Bulgaria ni a la entrada en Serbia, nos registraron el coche, ni nos tomaron la temperatura… nada de nada, simplemente un nuevo sello en el pasaporte y ya estábamos dentro.
La jornada fue muy parecida a la anterior, carreteras vacías excepto cuando pasamos por Belgrado, que viéndola desde la ventanilla descubrí que era mucho más bonita de lo que me imaginaba.
Te das cuenta que estas llegando al final de un país porque ves a centenas de camiones aparcados en el carril derecho de la autopista, esperando para atravesar la frontera. Si, estábamos acercándonos a la frontera con Croacia y lo cierto es, que hasta el momento fue la frontera mas rápida y fácil de todas, ni temperatura corporal, ni registro del coche, ni pasaporte del perro… resumiendo, en 30 minutos los 10 coches habíamos entrado en Croacia.
A los pocos kilómetros recorridos en el nuevo país, encontramos un área de servicio en el que nos acomodamos y disfrutamos de la última noche juntos. Al día siguiente Darío y yo Ibamos a ir por la frontera sur de Croacia para atravesar Slovenia e Italia, mientras que el resto del convoy iba a ir por la frontera norte llegando a Alemania a través de Slovenia y Austria.
14 de Mayo:
Amaneció con tormenta y lluvia, era el típico día que no te apetece salir de la cama, pero teníamos ganas de volver a casa así que después de despedirnos del resto de viajeros, Darío y yo pusimos dirección a España.
Nos quedaban cerca de 2000km hasta la Jonquera, por lo que lo dividiríamos en tres etapas, no sabíamos exactamente de cuánto serían las etapas pero calculábamos que de unos 600-700 km. En esta primera etapa volveríamos a entrar en espacio Schengen, por lo que los puestos fronterizos desaparecerían y cruzar fronteras nos tendría que demorar mucho menos tiempo.
Llegamos a la frontera de Croacia con Slovenia, nos registraron el coche y nos hicieron algunas preguntas, pero cómo solo éramos dos vehículos en 20 minutos ya estábamos de nuevo en espacio Schengen y por lo tanto habíamos vuelto a los euros.
Al ir sólo dos coches, ahora la velocidad crucero había aumentado y podíamos ir a 100km/h, puede parecer poco, pero con dos T4 de los años 90 con 70 y 80 cv, es muy rápido. Atravesamos Slovenia rápidamente y cuando nos acercábamos a la frontera con Italia, la autopista de dos carriles se había limitado a un carril, justo en la frontera había un Carabineri que vigilaba quien entraba en el país pero ni siquiera nos pararon, entramos fácil y rápido.
Llevábamos cerca de 650km por lo que buscamos un sitio para dormir, pero antes decidimos hacer una parada en un supermercado para abastecernos de comida y ahí nos acordamos de lo caro que es la Europa occidental y de lo poco que cunde el dinero. Habiendo estado en Turquia durante tres meses ya nos habíamos acostumbrado a sus precios y la vuelta a la realidad es una cosa que creo que me va a costar.
Al atardecer encontramos un buen sitio para pernoctar a las afueras de Venecia, brindamos con una birra Peroni y nos fuimos a dormir cansados por la maratón de conducción que llevábamos encima.
15 de Mayo:
Al día siguiente amaneció de nuevo con Lluvia, pero duró poco. Desde primera hora de la mañana nos pusimos manos a la obra, teníamos que atravesar Italia entera y nuestro plan era finalizar la jornada ya en Francia.
Atravesamos Italia sin mayor problema que pagar 65€ en peajes y entramos en Francia pegados a la costa sin ningún tipo de control ni nada. Avanzamos unos cuantos kilómetros por el país galo mientras buscábamos a través de la App Park 4 Night un sitio donde descansar. Encontré un sitio bastante agradable en Mónaco y tras consultarlo con Darío, decidimos parar ahí.
Cuando salimos de la Autopista para ir al sitio que habíamos acordado nos paró la Gendarmería, cuando le explicamos toda nuestra historia y que veníamos de Turquía, no se lo podían creer, al principio fueron escépticos, pero después nos dejaron ir.
Para concluir la jornada llegamos a un precioso mirador en lo alto del principado y pudimos pernoctar ahí tranquilamente.
16 de Mayo:
El sol brillaba con fuerza desde primera hora, amanecía el último día de travesía, la última etapa. Aunque el destino de ambos era Mallorca y todavía nos quedarían unos días para llegar, solo nos quedaban unas pocas horas para volver a pisar territorio español, apenas 600kms nos separaban de la Jonquera.
Desayunamos y rápidamente nos pusimos tras el volante, cuando estábamos incorporándonos a la autopista, la Gendarmería nos volvió a parar, le explicamos nuestra situación y ojipláticos nos dejaron marchar. Cómo el día anterior, fue una travesía tranquila, con la diferencia que a medida que me iba acercando a la Jonquera, veía más y más camiones con matrícula española. De repente en los carteles de la Autopista, empecé a ver qué indicaba la distancia para Barcelona, estaba muy cerca de casa, y volvía después de mas de un año de viaje, estaba emocionado.
Los siguientes kilómetros se sucedieron con una especie de cosquilleo en el estomago, causa del nerviosismo de llegar a casa. Ademas cuando viajas en una furgoneta de hace 25 años, cualquier cosa puede pasar y es inevitable que se te pase por la cabeza, que el motor se pare o pase algo que haga que no puedas continuar tu viaje sin una grúa, entonces el nerviosismo era doble.
Llegando a España, los últimos 10 kilómetros se me hicieron eternos, parecía que no acababan, tenia una tímida sonrisa dibujada en la cara y estaba extremadamente nervioso, cada kilómetro era mas largo que el anterior, hasta que por fin atravesamos la frontera y estallé de felicidad. A los pocos kilómetros de haber entrado es España había un control de la policía nacional que después contarle nuestra odisea y enseñarle los papeles que lo acreditaban nos dejó pasar, no sin antes recordarme que tenia que realizar una cuarentena de dos semanas.
Lo habíamos conseguido, habíamos vuelto a casa por carretera, atravesando 7 países y recorriendo alrededor de 3000km en plena pandemia mundial.
Ahora tocaba llegar hasta Mallorca, pero eso ya era más sencillo, para eso no se necesitaban hacer decenas de llamada a embajadas, ni atravesar fronteras. Estábamos en casa, Estábamos en España, lo habíamos conseguido.
(BONUS TRACK)] GRACIAS A TODOS LOS QUE HABEIS ESTADO AHÍ
Deja una respuesta