Mi objetivo era estar en Copenhage en unos días así que para tomármelo con calma, decidí parar en Colonia y en Hamburgo.
A las afueras de Colonia acampé en un bosque que estaba muy cerca de una mina de carbón a cielo abierto enorme. Entonces cogí la bici y me fui a ver la mina desde arriba. Era impresionante. Cuando volvía de ver la mina me di cuenta de que alrededor del bosque había una especie de asentamientos okupas.
Justo ví a un chaval que se dirigía hacia allí, así que le paré y le pregunté qué pasaba en este bosque y por qué había esa especie de asentamientos.
El chico, que además era español, me dijo que esos asentamientos estaban en forma de protesta contra la mina, ya que esa mina se estaba cargando el bosque, un bosque que según me dijo tenía 30.000 años. Querían que cesase su actividad, porque aparte de cargarse el bosque, el carbón que extraían era de bajísima eficiencia energética.
Entonces empecé a investigar sobre el Hambacher Forst, así es como se llamaba.
El bosque en su interior, estaba ocupado y distribuido por barrios, la gente vivía en casa en los árboles y disponían de estructuras que no me paraban de recordar a la película de Kevin Costner «Waterworld»
Cada vez que llegaba a un barrio, Luna, Vegan…, preguntaba si podía hacer fotos y la respuesta era siempre la misma: «sin problema siempre y cuando no se nos vean las caras». Impactado por una realidad tan ajena a la mía, seguí mi viaje hacia Copenhague.
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