Dejando atrás los Cárpatos sin tener la suerte de poder ver osos, puse dirección a Bran para visitar el típico castillo de Drácula. La carretera era tan revirada y avanzaba tan lento que se hizo de noche antes de llegar, así que por el camino encontré un sitio bastante acogedor al lado de un rio para pasar la noche. La temperatura había bajado muchísimo así que a oscuras encendí una hoguera para poder disfrutar un poco de la despejada noche. Mientras estaba en plena faena, vi unas luces de un coche de policía acercándose, y aunque en Rumania es totalmente legal hacer hogueras, mi subconsciente español estaba convencido de que estaba haciendo algo ilegal. Se acercaron hasta mí, me pidieron el pasaporte y me dijeron que tuviese cuidado con los osos y los lobos. Después se fueron. En España me habrían multado y apagado la hoguera.
Al día siguiente llegué a Bran, después de varias semanas me volvía a encontrar en un epicentro turístico. Además coincidió con el puente del pilar, por lo que estaba lleno de turistas españoles.
Tras visitar el castillo hice la típica ruta Transilvana: Bran, Zarnesti, Rasnov, Brasov y Sibiu. Aunque parezca que son muchos sitios, en dos días se pueden ver holgadamente.
Después de mi aventura de varias semanas por la Europa del este rural, volvía a pisar una capital europea: Bucarest.
Bucarest me recibió lloviendo a cántaros y con 0ºC, ni frio ni calor. Parecía mentira que 4 días atrás estuviese a 25ºC a 2000 metros.
Necesitaba poner una lavadora urgente, así que localice una en el gps y me dirigí hacia ella. 1h30min en recorrer 4 kilómetros, de verdad, nunca había visto un trafico tan congestionado y no, no tuve mala suerte, unos días después pregunte a locales sobre el tráfico y me confirmaron que siempre es así. Finalmente llegué a la lavandería y para mi sorpresa había cola. Tras pensar durante un rato que hacer, decidí aparcar la furgoneta enfrente de la lavandería y poner una lavadora de madrugada, y así fue.
Al día siguiente amaneció lloviendo y con mucho frio. Estaba aparcado en medio de una cuidad, sin poder salir de la furgoneta del mal tiempo que hacia y sin encontrar un sitio en el que poder darme una ducha tranquilo. Así que tomé una decisión que nunca antes había tomado: IR A UN HOSTEL.
Localicé uno con parking en el centro muy económico y a ese fui.
Tras pegarme una ducha, tener la furgo bien aparcada y ver que el tiempo mejoraba, me hice a la ciudad. Aproveché bastante el tiempo, hice dos free tours, fui a una fiesta muy random de couchsurfers de halloween y un desconocido me invitó a enseñarme la ciudad desde su coche.
Estuve tres días en Bucarest y me ganó, es una ciudad muy diferente y acogedora. Volveré.
Llegaba la hora de aumentar la velocidad hacia el sur, así que puse dirección a Turquía, pero antes tenía que pasar por Bulgaria y ya os adelanto que ninguna de las dos fronteras fué fácil.
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