Furgo arreglada y lista para devorar kilómetros, me dirijo hacia la reserva de la biosfera de los Cárpatos para poder subir al Goverla, la montaña mas alta de los Cárpatos Ucranianos.
Desde mi punto de partida hasta el de llegada había algo menos de 100 kms pero eso en Ucrania se traduce en muchas horas.
Van pasando los kilómetros y descubro que si vas a una velocidad de unos 60km/h la furgoneta entra en sintonía con los baches de la calzada y la suspensión sufre menos que si fueses más lento, cosa cuanto menos soprendente.
Como recordatorio del capitulo anterior, algo que me llamó la atención de este país, es que está todo lleno de basura, atraviesas unos paisajes de ensueño y mires donde mires siempre encontrarás algo de basura.
Finalmente llego a la reserva de la biosfera de los Cárpatos, me hacen dejar el pasaporte y sellar mi entrada. Entro sin problema y pienso para mis adentros: Que bien que vigilen la entrada, porque así pueden tener la reserva natural mas controlada y mantenerla limpia.
Recorrí unos cientos metros por la reserva y pude observar que de limpio nada, seguía habiendo basura.
Tras atravesar varios puentes de madera y una pista de lo mas “off-road», llegue al parking desde el cual se empezaban las excursiones, así que acampé, comí y pensé en qué hacer esa tarde.
Había el suficiente sol cómo para aprovechar la tarde, pero era demasiado tarde cómo para empezar una excursión. Teniendo un rio al lado, fuente de agua ilimitada, pensé en que sería buen momento para hacer la colada. Así que dicho y hecho, limpiar la ropa a mano lleva su tiempo, así que me llevó hasta la hora de cenar.
Al día siguiente me desperté muy Pronto, había leído que la excursión al Goverla, duraba unas 10 horas y los días ya son bastante cortos así que empecé a caminar al alba.
17 kilometros ida y vuelta con 1300 mts de desnivel, que pude hacer finalmente en unas 6-7 horas. Una excursión bastante empinada la mayor parte del tiempo, pero con unos paisajes impresionantes. Hacerla al alba tuvo sus consecuencias y es que la parte de abajo disfrutaba de una luz increíble pero llegué a la cima con niebla. Tuve que esperar casi una hora en la cima hasta que despejó un poquito.
Después de haber culminado el Goverla, tocaba visitar Bukovel, la estación de ski mas grande de Europa del este también sita en los Cárpatos. Un sitio muy popular para los ucranianos, que no parece Ucrania en ninguno de los sentidos: las carreteras son perfectas, los edificios son modernos, esta todo inmaculado… Por allí hice varias excursiones, aunque muy bonitas, no fueron tan impresionantes como la del Goverla.
Estando en Bukovel encontré una fuente de agua caliente para darme una ducha. Es bien sabido que limpio se piensa mejor así que abrí el mapa para seguir planificando mi ruta.
Me hacia ilusión llegar hasta Odessa, pero desde donde estaba hasta allí había mas de 1000 km, lo que en ucraniano significa muchas horas, ademas que de camino a penas había cosas que ver, así que decidí que la mejor opción era cambiar de país y poner rumbo a Rumanía. La ruta se modificaba por enésima vez.
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