Dado que nuestra prioridad era llegar a las Islas Lofoten y nuestra experiencia en el kjeragbolten, decidimos pasar de Preikestolen y Trolltunga, porque supusimos que estaría igual de lleno, y seguir conduciendo hacia el norte para llegar hasta las Lofoten lo antes posible. 1500km Noruegos nos separaban.
Visitamos la ciudad de Stavanger y la de Bergen, pero estuvimos poco tiempo, no era nuestra preferencia.
a pesar de todo nos impactó la cantidad de españoles que había en ambas ciudades, de hecho en Bergen en el mercado del pescado, directamente te atienden en español.
Después de intoxicarme con una hamburguesa de ballena para «Guiris» en el mercado de Bergen y de estar dos dias knoqueado en la cama, decidimos poner rumbo hacia Geirangerfjord, pero de camino nos cruzamos con un glaciar increíble y tuvimos que desviarnos para verlo.
Jostedalbreen era el glaciar, el brazo de Briksdalbreen concretamente, y cuando llegamos vimos que había un camping tan acogedor, justo en la falda del glaciar que nos quedamos en el camping. Que por cierto los campings en Noruega son super asequibles, este en concreto220 NOK una noche con coche y dos personas, en Zarautz te cobran 35€ por noche, osea que no es para nada caro.
Por la tarde aprovechamos para organizar un poco la furgo y poner una lavadora y sería al día siguiente cuando subimos al glaciar, una excursión fácil y para todo el mundo pero impresionante y muy recomendable.
Seguimos rumbo a Geiranger, y nos topamos de nuevo con un glaciar justo antes de llegar, al que intentamos subir con nuestros propios medios, pero solo fuimos capaces de llegar a la zona baja, dado que para subir mas, eran necesarias cuerdas, crampones y piolets, así que nos dimos la vuelta y finalmente llegamos a Geiranger.
Después de hacer noche allí y disfrutar de sus paisajes, empezamos una buena maratón de 3 días para llegar a Bodo, que era donde íbamos a coger el ferry para llegar a las Lofoten.
Por el camino paramos en Trondheim, vimos un tren descarrilado y finalmente entramos en el circulo polar ártico. La verdad que aunque las vistas desde la carretera sean bonitas, estas son tan lentas y estrechas que después de recorrer 300km en 6 horas acabas reventado.
Cuando llegamos a Bodo nos dimos cuenta que en el pueblo de al lado, Salstraumen, se forman los mayores remolinos del mundo, causados por las corrientes de la marea, así que fuimos a verlos.
Finalmente fuimos a dormir al puerto, porque al día siguiente a primera hora teníamos el barco a Lofoten.
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