De camino a Milán, dejando atrás los Dolomitas, me cogío una ola de calor terrible: 40 grados a la sombra. Si a eso le sumas que mi Furgo no tiene aire acondicionado, te puedes imaginar el horror. Necesitaba parar para bañarme o algo para lidiar con el calor, así que paré en el Lago di Garda y, como se estaba tan a gusto, decidí hacer noche ahí y aprovechar para poner orden en la furgo.
Al día siguiente recogí a María en el aeropuerto de Milán y nos dirigimos hacia Suiza. De camino paramos en el Lago di Como para bañarnos y comer una pizza. Como la ola de calor persistía y habíamos encontrado un buen aparcamiento al lado del lago, decidimos hacer noche ahí mismo.
de pasar una calurosa noche seguimos nuestra ruta hacia Suiza pasando, y bañándonos obviamente, por el Lago di Lugano, hasta que finalmente pasamos la frontera y, tras comprar la pertinente viñeta de la “Swiss Autobahn” (40€ de pegatina) nos dirigimos a Zurich, pues allí nos estaban esperando Paula y Carlos para pasar unos día por allí. De camino hicimos noche cerca de Liechtestein para poder visitarlo al día siguiente.
Habiendo visitado Liechtestein y el lago Constanza finalmente llegamos a Zurich. Paula y Carlos nos acogieron en su casa muy amablemente durante dos días, lo que nos permitió poder descubrir Zurich a fondo además de contar con su compañía. La última noche nos ayudaron a decidir la ruta para los próximos días.
Lo siguiente era visitar Vals, pero antes pasamos por el Lago de Caumasee, en Flims.
Un lago de agua turquesa que esta bien visitar.
visita a Vals se limitaba expresamente a las termas. Es una construcción famosa por su arquitectura. La entrada no es económica, 80 CHF por persona, pero es totalmente recomendable. Después de unas horas en remojo nos disponemos a seguir el camino.
Habiendo estado en remojo un par de horas en las termas de Vals, pusimos rumbo a Furkapass. Como se nos estaba haciendo de noche, decidimos pasar por un pueblecito que tiene una iglesia muy conceptual (“Saint Benedict Chapel”), diseñada por el mismo arquitecto que las termas de Vals. Por allí cerca encontramos un sitio muy bueno para acampar, así que hicimos noche ahí.
día siguiente continuamos hacia Furkapass, por la carretera de Furkastrasse, una carretera de montaña increíble que recomiendo hacer con tiempo, porque tiene infinidad de sitios para parar a hacer fotos. Finalmente llegamos a lo que nos interesaba: el glaciar del Ródano. Este glaciar tiene la peculiaridad de que puedes ir por dentro.
Llegamos a la típica curva de hotel de furkapass y para nuestra sorpresa cobraban entrada para ver el glaciar, alrededor de 15CHF por cabeza, entonces decidimos improvisar una ruta. Por Google maps vimos que un poco mas arriba había un camino que mas o menos te llevaba cerca del glaciar, así que cogimos la Furgo y fuimos carretera arriba hasta encontrar el camino.
Empezamos a caminar por él y no solo te llevaba hasta el glaciar por la parte de arriba, si no que además había un Búnker del ejercito Suizo muy imponente.
Tras una bajada un poco complicada, pudimos llegar hasta el glaciar e introducirnos en él. realmente me gustó mas la ruta alternativa para llegar hasta el glaciar, que meterte en el glaciar en sí, fué mas divertido.
Después de haber estado caminando todo el día para arriba y para abajo y ver un señor que viajaba en tractor por Europa, nos moríamos de hambre y se nos había acabado la comida, así que paramos en un super a comprar, y compramos el pollo a 35CHF/Kg, nos impactó tanto, que por eso da nombre a este capitulo.
Con el pollo comprado y el hambre puesta, solo hacía falta sitio para cocinar y dormir, así que como al día siguiente queríamos ir a ver Zermatt, decidimos conducir hasta esa zona, donde encontramos un sitio increíble para dormir en una aldea cerca de Täsch
era hora de ir a Zermatt. Vimos que justo desde la aldea había un ruta de montaña que te llevaba hasta Zermatt, así que la hicimos. La ruta resultó ser tan larga y con tanto desnivel que acabamos reventados, unos 26km con un desnivel acumulado de cerca de 1000 metros. Eso si, disfrutamos de unas vistas del cervino increibles.
Por último, antes de dejar a María en Ginebra, íbamos a salir de Suiza para ir a Chamonix-Montblanc. Allí encontramos un sitio para acampar a las afueras en un pinar muy acogedor. Nuestra intención era subir a la Aiguille du midi, pero dado que el tiempo no acompañaba, decidimos quedarnos por el pueblo y tomar unas cervezas. Era el último día juntos antes de separarnos en Ginebra.
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